Sarpullido por calor: ¿por qué se produce y cómo tratarlo?
Con la llegada del calor o en zonas de clima caluroso y húmedo es frecuente que se padezca lo que conocemos como sarpullido por calor o miliaria. Afecta a personas de todas las edades, aunque es especialmente frecuente en bebés y niños pequeños. No es generalmente una razón de alarma, aunque sí puede producir molestias durante unos pocos días y hacer un poco más incómodo disfrutar de los días soleados.
¿Qué es el sarpullido por calor?
Es una afección cutánea que se produce por la obstrucción de las glándulas sudoríparas localizadas en los poros de nuestra piel. Es consecuencia del aumento excesivo de la sudoración y de la acumulación de sudor debajo de la piel.
Entre sus causas están el exceso de calor, la actividad física intensa, el reposo prolongado en cama o unas glándulas sudoríparas inmaduras. La erupción cutánea por calor puede darse en cualquier lugar, aunque es más común en climas tropicales donde hay mayor humedad y temperaturas más elevadas.
¿Qué síntomas presenta el sarpullido por calor?
En la mayoría de los casos, el sarpullido en la piel por calor no produce síntomas que deban ser considerados alarmantes, aunque sí algunos que pueden resultar molestos. La obstrucción de los poros produce habitualmente irritación, prurito y la característica erupción cutánea en forma de pequeñas ronchas de color rosado o rojo claro que pueden causar comezón. En algunos casos estas erupciones pueden tener un aspecto similar a pequeñas ampollas. Se localizan prevalentemente en cuello, pecho, espalda y muslos, aunque pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Especialmente sensibles son aquellas zonas cubiertas por la ropa o el interior de los pliegues de la piel donde se acumula el calor.
¿Cuál es la mejor forma de tratar el sarpullido por calor?
El sarpullido por calor no requiere normalmente de ninguna medida específica y desaparece de manera natural transcurridos unos pocos días. Existen sin embargo una serie de pasos que pueden aliviar los síntomas y ayudar a sobrellevar las pequeñas molestias derivadas del sarpullido.
Compresas frías
Aplicar una compresa mojada en las zonas afectadas por el sarpullido puede calmar síntomas como la comezón. Puede utilizarse una compresa mojada en agua fría o en una infusión de manzanilla. La manzanilla contiene sustancias de acción antiinflamatoria que pueden ayudar a aliviar o calmar la comezón de las áreas enrojecidas. Es importante colocar la compresa con suavidad y presionar delicadamente, teniendo cuidado de no rascar ni frotar el área dañada para no empeorar los síntomas o aumentar la irritación.
Aplicar una pomada regeneradora
Los componentes de una buena pomada regeneradora puede ayudar a calmar la irritación, así como a hidratar y restaurar la piel más sensible. Además, algunas pomadas para tratar el sarpullido por calor como Halibut pomada regeneradora pueden contribuir a redistribuir la humedad y a crear un efecto barrera que la proteja. Antes de utilizar una pomada, es fundamental asegurarse de que la piel esté intacta, limpia y seca. Se debe cubrir la zona afectada con una capa de pomada extendida de manera suave y uniforme con movimientos circulares.
Baños de agua fresca
Mantener la piel hidratada y fresca es fundamental. Una buena ducha de agua fría o un baño pueden contribuir a dar una sensación de alivio en la piel. Es importante que enjuagues el área afectada sin restregarla para no aumentar la irritación y el enrojecimiento.
¿Cómo prevenir el sarpullido por calor?
Unas medidas simples y sencillas pueden ayudar a prevenir el sarpullido en la piel por calor y evitar la incomodidad de esta irritación cutánea. Son tan fáciles que parecen increíbles.
Utilizar ropa holgada y liviana
Esta es una medida preventiva pero que sirve también cuando se sufre una erupción cutánea por calor. Es importante dejar siempre que la piel transpire y conserve su frescura y humedad naturales para mantenerse lo más elástica y sana posible. La fricción de la ropa sobre la piel y el calor excesivo por el uso de tejidos demasiado gruesos puede provocar o empeorar el enrojecimiento y otros síntomas. El uso de ropa holgada y liviana que permita una transpiración adecuada de nuestra piel es una forma fácil de prevenirlos y de contribuir a su sanación.
Llevar una vida sana y cuidar la alimentación
El sarpullido por calor puede afectar a cualquier persona sana, pero algunos grupos como las personas obesas o tendentes al sobrepeso pueden tener una mayor probabilidad de desarrollarlo. Por ello, es importante llevar una alimentación sana y equilibrada e incluir en nuestra dieta alimentos nutritivos y que contribuyan a la hidratación de nuestro organismo y de nuestra piel. Con el aumento de la temperatura puede ser positivo evitar aquellos alimentos y hábitos que promuevan una sudoración abundante, como las comidas excesivamente picantes o aquellos hábitos que contribuyan a dañar nuestra piel.
Mantener la piel fresca y limpia
Una higiene adecuada y una hidratación constante de la piel es ideal para mantenerla sana y hermosa de manera habitual. De esta forma ayudarás a prevenir muchas de estas afecciones cutáneas.
A lo largo de todo el año, pero especialmente en verano, una piel sana no solo es bella, sino que ayuda a proteger nuestro cuerpo y nos permite gozar de manera completa de los días soleados y veraniegos.
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