Rozaduras en los pies: ¿por qué se producen, cómo tratarlas y cómo evitar que salgan?
Las rozaduras en los pies son pequeñas heridas o ampollas que, generalmente, pueden aparecer a la hora de estrenar un calzado nuevo, tras una larga caminata o después de realizar alguna actividad física. Hoy te contaremos cómo las puedes tratar y de qué manera evitar que vuelvan a salir.
Curiosamente, no siempre es el calzado nuevo el causante de la aparición de estas ampollas o heridas. A veces el motivo puede estar en la fricción que provoca en la piel un calcetín mal ajustado. De ahí la importancia de llevar siempre un calzado y unos calcetines adecuados para evitar los rozamientos que producen la herida.
¿Por qué se producen las rozaduras en los pies?
Como acabamos de ver, la principal causa de aparición de las rozaduras en las plantas de los pies, el talón o los dedos es el roce o la fricción de la piel con el calzado o el calcetín. Algo que se produce fundamentalmente al estrenar los zapatos o tras una larga caminata. Si la fricción tiene lugar piel con piel, las rozaduras aparecerán en los dedos.
Pero, además de esta causa habitual, hay que señalar otras como por ejemplo las quemaduras o las altas temperaturas. De hecho, las rozaduras en los pies suelen ser mucho más comunes en verano, cuando el pie se desliza por el sudor y el roce o la fricción es mayor.
Otras causas de aparición de estas rozaduras son las siguientes:
- Pie de atleta: infección fúngica que suele comenzar entre los dedos de los pies y que se da en aquellas personas que tienen mucha transpiración en los pies, dando lugar a la aparición de hongos y rozaduras en los pies.
- Espolón calcáneo: crecimiento del hueso del talón que se produce cuando la fascia plantar está sometida a una gran sobrecarga, por lo que las rozaduras aparecen, precisamente, en la parte del talón.
- Dermatitis, infecciones u otras enfermedades de la piel que llegan a producir rozaduras, callosidades, etc.
¿Cómo curar las rozaduras en los pies?
Las rozaduras pueden llegar a ser muy molestas y dolorosas. Si notas esta molestia al andar, es probable que, cuando te quites los zapatos, veas la ampolla que origina el dolor. Para curar las rozaduras de los pies, lo primero que debes hacer es lavar bien la zona con jabón y aclarar después con agua tibia.
Es muy importante que seques bien la zona con unas gasas o unas toallitas para dejar todo bien limpio y seco. A continuación, puedes aplicar la pomada regeneradora Halibut, un producto cosmético de cuidado personal que contribuye a hidratar y a restaurar la piel irritada por factores externos.
Esta pomada posee un alto contenido en vitamina A y está formulada para ayudar a restaurar la barrera cutánea de la piel irritada. Todo ello gracias a su combinación de ingredientes activos de máxima calidad. Una pomada especial para rozaduras en los pies, escoceduras y cicatrices, que no contiene parabenos y que puedes aplicar sobre la zona afectada 2-3 veces al día.
Una vez que hayas aplicado esta pomada, puedes tapar la ampolla con una gasa antiadherente y cubrirla con un esparadrapo de papel para que transpire mejor. De esta manera, podrás volver a colocarte los zapatos sin que la rozadura o la ampolla te moleste demasiado.
¿Cómo evitar que salgan las rozaduras en los pies?
A veces la aparición de rozaduras en los pies no se deben al calzado o el calcetín, sino más bien a que no cuidas tus pies de la forma más adecuada. En la medida de lo posible, procura cuidar y mantener tus pies siempre bien hidratados para prevenir las rozaduras en los pies. Te recomendamos utilizar la Crema Protectora Prebiótica de Halibut, la cual evita que salgan las rozaduras y en caso de que ya hayan aparecido, evita que vuelvan a aparecer de nuevo más adelante. Además, te aconsejamos usar polvos de talco para evitar la sudoración en verano.
A su vez, es muy recomendable que uses zapatos que sean de tu talla y que se ajusten bien al pie. Lo ideal es que el calzado que compres tenga al menos 1 centímetro más que el pie para evitar la aparición de rozaduras. Los zapatos, en definitiva, no deben quedar ni muy flojos ni muy apretados.
El calzado que hace menos rozaduras es aquel que está fabricado en piel, ya que este material se ajusta mejor al pie. No obstante, si se trata de una piel muy dura puedes reblandecerlos un poco con una crema especial.
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